Por Frank Correa.

La Habana/ 4-12-2016

Una especie de “Ley Seca” está rigiendo para la población cubana por causa de los funerales de Fidel Castro.

Desde Jaimanitas, su antigua zona de residencia, se reporta que desde el día 25 de noviembre no se encuentra a ningún vecino en estado de embriaguez. Algo notable, pues pese a ser un pueblo de apenas 15 000 habitantes, posé una elevada tasa de alcoholizados.

Los curdas locales hasta intentaron erigirse en gremio. El Güiro, que en paz descanse, era su miembro fundador. Fue un condecorado paracaidista de las desaparecidas Tropas Especiales. Al retirarse del servicio activo, se dedicó a beber con ahínco. Era el primero que aparecía cada mañana en el parque de la calle 236 y Tercera, trayendo la botella de inicio. Creó una disciplina de grupo, gustando que lo llamaran presidente.

Uno de los beodos era el siempre inquieto Patica, hermano de dos glorias deportivas del equipo de remo nacional. Hace años desertaron de la delegación en los XVII Juegos Centroamericanos y del Caribe en Puerto Rico. Más adelante reclamaron a Patica, para vivir con ellos en Estados Unidos. Pero el recién llegado resultó un desastre, siempre borracho. Le buscaron un empleo en jardinería, mas con la cortadora de césped transitó por una avenida, causando un accidente. Arruinó a sus hermanos y lo devolvieron a Cuba, a su grupo del parque. En las tardes contaba historias de hermosos lugares de Miami, de esplendidas comidas y rones exquisitos.

Según cuenta otro dipsómano, apodado Prematuro porque nació sietemesino, en medio de una alocución, Patica vomitó el hígado y no llegó vivo al Hospital Universitario Calixto García. 

Una ausencia notoria en el pueblo desde el 25 de noviembre es Ramón, Mongui para sus colegas del trago. Es un borrachín que idolatra al Máximo Líder. Embriagado,  suelta discursos por las calles. Su voz es estentórea y firme, y posé una en diabla da memoria para los textos largos. Se volvió parte del folclor local  en la soledad de la noche es cucharle clamar: “¡Estamos en el momento decisivo…!¡Somos hoy más fuertes que nunca…!”.

Del grupo fundacional, en el último año murieron tres beodos insignes: el ex -dulcero Harina, el viejo Pastrana y e la ratos pescador Gato Bruno. Aunque se sumaron nuevos miembros. Uno de ellos, Miguel García, alias Miguelito Melón, dice que con el duelo por Fidel, se implantó una verdadera “Ley Seca”.

“Aunque  es distinta, no hay contrabando de bebida. Nadie toca una botella, ni siquiera en solitario. El ambiente que se vive es raro. No me doy un trago desde el 25, cuando me enteré de la noticia,  y te juro que no tengo deseo alguno.  Voy a esperar el 4 de diciembre, cuando se acabe el duelo… a ver…”.

Un vendedor de ron clandestino que pide anonimato, se consuela por estar vacío de existencias. “No tendría clientela… ¿Quién se da un trago en estos días…? ¿Quién…?

En las tiendas en divisas los estantes están repletos de botellas de ron y vinos, pero ni siquiera se miran. ¿Tal vez respeto mostrado por los bebedores? ¿O temor a las consecuencias que les pueda producir el alcohol?

“Nadie está loco como para errar ahí… ni el más curda…” dice Tito, un albañil que reconoce no poder  vivir sin “el preciado líquido”.

Y es que la represión va mucho más allá de los espirituosos. Chirino vive junto a la playa, y cuenta que a cada rato la policía pasa requisa por la orilla “a ver si cogen a alguien festejando… para multarlo o meterlo preso… Ayer en Romerillo le pusieron una multa de 3000 pesos a una familia que celebraba un cumpleaños. ¡3000 pesos…! ¡Y justo ahora, cuando el dinero está perdido…!

“Ya lo sabes. Estar borracho en estos nueve días es un delito”- finaliza Tito-. “Hay que ser abstemio… y estar claritos, claritos… ¡Porque te coge el tren…!”

Fuente: Prensa Independiente/ Hablemos Press