Por: Rubén Zúñiga

Tapachula-México/ 21-2-2017

Luego que Estados Unidos de Norteamérica determinará la eliminación de la política de “Pies Secos y Pies Mojados”, varios cubanos ahora varios cubanos desean quedarse en México para trabajar, gozar de libertad, pero no regresar a la isla, y así lograr lo que ahora ellos llama el “sueño mexicano”.
Después de estar casi tres meses al interior de la Estación Migratoria “Siglo XXI”, tres jóvenes cubanos anhelan conseguir trabajo en México, en especial en Tapachula, donde lograron obtener el estatus de refugiado con la capacidad de realizar actividades remuneradas, es decir, trabajar.
 

Dos de los cubanos que lograron obtener refugio aceptaron dialogar con Diario del Sur, uno de ellos a quien se le nombrará Camilo, es experto en informativa y diseño de software en Cuba, sin embargo, decidió salir de la isla, debido a los pésimos salarios, a las acciones de represión del régimen Castrista.

El entrevistado quien solo dijo responder al nombre de Camilo “N” sostuvo que “nosotros somos personas estudiadas, nosotros no somos personas que formamos bandas, nosotros estamos ajenos al mundo, pero al pasar por Honduras, Guatemala, Salvador, hay bandas, hay drogas, hay revólveres, nosotros no venimos hacer un daño a México, nosotros queremos trabajos, queremos vivir en libertad, mi amigo es graduado de maestro, además, la mayoría son personas universitarias, graduados, con 12 años de estudios y especialidad, así que ahora mismo yo quisiera en México, yo no salí de Cuba con el objetivo de llevar a Estados Unidos, yo salí con el deseo de levantarme, pero ahora mismo, quitaron la ley, y en México estaría encantado de quedarme, si no en mi profesión, trabajo de lo que sea”.
 

Sobre su experiencia en la Estación Migratoria siglo XXI del Instituto Nacional de Migración (INM), narró que ingresó en diciembre y salió el 14 de febrero, “la experiencia es amarga, nos trataron mal los policías del INM, se dieron varios problemas, y en una de las deportaciones masivas de cubanos, hubo agresiones hacia las mujeres, donde golpearon a una mujer embarazada, le partieron la boca, la tiraron al suelo, la esposaron y fue deportada, y el esposo no lo deportaron, así que el esposo hizo una huelga para que lo enviaran a Cuba”.

Reconoció que del INM “lo único positivo es la limpieza, a todas horas, de día, de noche, de madrugada están limpiando, pero de ahí en fuera todo lo demás fue negativo, la comida era mala”.
 

Relató que los cubanos al entregarse de manera voluntaria, deben recibir una explicación sobre sus derechos, del tiempo que pasaran detenidos, pero “nos tenían desinformados, no nos decían nada, y nos echaban miedo, llego un punto que a raíz que era demasiado el temor, algunos de nuestros compatriotas nos decían que nos entregáramos y que en seis a siete días íbamos a salir, pero comenzaron a tardar los oficios, se demoraron más, así que cada 15 días los entregaban, o simplemente no los dieron, y luego solo entregaban oficios a 15 a 20 cubanos, así que llegamos a estar ahí dentro unos 300 cubanos en el Instituto, éramos más cubanos que hondureños”.
 

Expuso que ante la negativa de las autoridades del INM, decidieron iniciar una huelga, para solicitar dialogar con Derechos Humanos, quienes al acudir a visitar a los cubanos, les informaron que podían pedir refugio político, pero “nos volvieron a echar miedo, y ahí en Migración nos dicen que el refugio para poder ganarlo, tenemos que presentar pruebas claras, específicas, del porque salimos huyendo de Cuba, pero si nosotros pasamos 13 países, no teníamos documentos de comprar, de tener pruebas, que eran solicitantes de refugiado, pero aún así la COMAR y Migración, nos trae el papel para el refugio, y al decirnos que no íbamos a ganar la pelea, que no teníamos pruebas, los cubanos se quitaron de la lista, y solo unos cuantos tuvieron fe, yo fui uno de ellos con mis amigos, y no nos quitamos de la lista”, dijo.
 

Expuso que mientras se definía la situación de refugio, un abogado les ofreció sus servicios para ampararlos, pero “pero el abogado solo nos decía que nos sacaba hoy, o mañana o pasado, pero nunca saco a ni un cubano bajo proceso de amparo, también migración nos dijo que el amparo lo que hace es atrasar la deportación, el amparo no nos iba a sacar, a nosotros un abogado no cobraba 500 dólares a cada cubano, que al final no nos ayudaba en nada, y yo salí gracias al refugio, no al amparo, además, al salir bajo refugio, firmamos un papel en el que renunciábamos al amparo”.

Ahora con su condición de refugio, tiene que firmar cada semana, además, no puede salir de Tapachula, y le fue entregado un documento en donde se le permite trabajar, sin ser molestado por las autoridades migratorias.
Así también, expuso que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), les ofreció ayuda, incluso les ofreció un bono de comida y apoyo para pagar la renta.
Por su parte, Enrique expresó que en la Estación Siglo XXI fueron agredidos, “siempre estuvimos engañados, además, nos enfrentados con uno de los oficiales, y uno de ellos al parecer tuvo problemas en casa, y le falto el respeto a un amigo mío, y cuando el amigo mío fue hablar con él, el oficial con varios más lo golpearon, así que comencé a defenderlo, así que nos encerraron en la celda de castigo”.
A pesar de las vicisitudes que vivieron en la Estación Migratoria Siglo XXI, varios de los cubanos buscan conseguir cualquier tipo de trabajo, para vivir en México, pero sostiene que espera nunca tener que regresar a Cuba

Fuente: diariodelsur.com.mx