Por: R. Cuervas-Mons

Madrid/ 5-5-2017

El jueves, horas después de que el presidente venezolano Nicolás Maduro presentara de forma oficial la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Constitución, las noticias que llegaban del país hispanoamericano se centraban, en cambio, en un hombre: Leopoldo López. 

El opositor, encarcelado desde hace más de tres años en la prisión militar de Ramo Verde y aislado de su familia desde hace un mes, se convertía en protagonista de la actualidad por su supuesta hospitalización. ¿Estaba enfermo Leopoldo López? 

Poco después, el diputado chavista Diosdado Cabello difundía un vídeo, una fe de vida, del preso político, para constatar su buen estado de salud. 

La familia de López, que no daba por bueno el vídeo, denunciaba su secuestro, pero no sólo. También lo que es, a su juicio, una cortina de humo para “ocultar lo que está pasando en las calles”. Y, ¿qué pasa en las calles de Venezuela?

Contestación popular y, este mismo jueves, la muerte de un joven de 17 años abatido por las fuerzas del régimen en las protestas callejeras. “Armando Cañizales protestaba junto a un grupo de jóvenes bajo consignas de libertad, de pie ante un piquete de la GNB (Guardia Nacional Bolivariana) cuando recibió un certero disparo en el cuello”, relata a La Gaceta la periodista venezolana Anahís Cruz. Con él, ya son 35 las víctimas mortales de la represión de Nicolás Maduro. 

Pero, ¿por qué estas protestas? ¿Qué pide la oposición? Hacemos un breve repaso a la cronología del régimen Maduro:

La historia reciente del país hispanoamericano comienza el 5 de marzo de 2013, día en que muere Hugo Chávez, que había nombrado como sucesor a Nicolás Maduro. 

Maduro toma el poder de forma provisional tres días después y lo mantiene así hasta el 14 de abril de ese mismo año, fecha en la que se enfrenta en las urnas al líder opositor Henrique Capriles, que años después sería inhabilitado por quince años por una justicia absolutamente controlada por Maduro. Pero, no nos adelantemos…

Tras vencer en las urnas a Capriles Maduro se instala en el poder, ya de forma oficial. Comienza entonces a desarrollar un programa político sociocomunista que lleva a Venezuela a una profunda crisis económica. La cesta de la compra se dispara, hay escasez de alimentos y el pueblo comienza a salir a la calle. 

Son las protestas de 2014. Comienzan en Táchira y se extienden pronto al resto del país. Hay aquí un nombre protagonista. Leopoldo López, el líder opositor encarcelado, llamó a las calles al pueblo de Venezuela. Acusado de ser el responsable intelectual de la violencia, se entregó una semana después de difundirse su orden de detención y fue condenado a 13 años de prisión. Cumple desde entonces condena en una condiciones que atentan contra los más básicos derechos humanos. 

Con el tiempo -estamos ya en 2015- aumenta el descontento ciudadano que coloca a la oposición a Maduro en la Asamblea Nacional (el parlamento venezolano) en las elecciones legislativas. Comienza entonces, por parte de la oposición, una recogida de firmas para revocar el tiránico poder de Nicolás Maduro mediante un proceso revocatorio... Pero no será tan fácil retirarlo del poder. 

Aunque inicialmente Nicolás Maduro asegura que “si la oposición cumple los requisitos previstos en la ley para convocar a un referéndum revocatorio de su mandato, ese se daría el próximo año”, el 20 de octubre de 2016 el Consejo Nacional Electoral (CNE) suspende la recolección de firmas aduciendo un supuesto fraude en el proceso. 

Con Venezuela cada vez más sumida en la miseria y sin los más básicos productos de primera necesidad, en enero de 2017, el parlamento de mayoría opositora declara al presidente en “abandono del cargo”. Un desafío que Maduro no iba a tolerar. Días después ordena al poder judicial que ejerza su autoridad “verticalmente”. ¿El resultado? El 22 de marzo el Tribunal Supremo de Justicia anula la decisión de la Asamblea, a la que califica en desacato, y asume todas las competencias del Parlamento.

Como en 2014, los venezolanos salen a la calle para reclamar libertad. Sus objetivos son claros, tal como expresa la Mesa de Unidad Democrática, que aglutina a la oposición. Piden la libertad de los presos políticos, la apertura de un canal de ayuda humanitario, el fin de las inhabilitaciones -como la impuesta el 7 de abril a Henrique Capriles, entonces gobernador del estado de Miranda, por 15 años-, el reconocimiento de la Asamblea Nacional y un calendario electoral. 

Hasta este jueves, el saldo de víctimas mortales de la represión de Maduro supera la treintena y los heridos se cuentan por decenas. Un país al borde de la guerra civil que continúa librando en las calles la batalla por la libertad. 

Fuente: Gaceta.es