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Hoja escaneada de un libro de LA CHARADA CHINA. Foto: Archivo de Hablemos Press.
Por Mario Hechavarria Driggs/ Hablemos Press.
La Habana/ 29-10-2014
De la mañana a la noche, la noticia más esperada por los cubanos son tres números de “La Bolita”, el primero llamado “fijo”, los otros dos “corridos”, cuyas combinaciones pueden proporcionar un alivio a las penurias permanentes o tal vez cambiar el destino de una persona.
El sorteo viene de la Florida. Se visualiza dos veces al día por el canal Telemundo, declarado por las autoridades cubanas como ilegal, al entrar como señal clandestina.
Los anuncios salen a las 2:00 de la tarde y a las 8:00 de la noche, divulgándose de inmediato entre los cubanos.
La numeración suele preguntarse entre cubanos, evitando algún soplón cercano, como si estuvieran pidiendo algún número telefónico.
Esta “Bolita” es una herencia antigua en Cuba, conocida como La Charada China, ampliada hasta los 100 números, con premios de 75 pesos nacionales por cada 1 jugado, y 800 por cada 1 jugado al corrido o parlé.
Desde 1959, las autoridades prohíben los juegos, y sancionan a los ciudadanos que realicen este tipo de actividad.
No es el único juego de azar extendido por el país. Apostar parece ser la única opción económica de los cubanos.
En los alrededores del Parque La Normal, cercano al Estadio de Beisbol Latinoamericano, el mayor del país, hay casas donde se puede apostar a uno de los 16 equipos contendientes en el campeonato nacional.
Espectáculos muchos más fuertes se ven al transitar por barrios de la periferia en la capital: lidias de gallos, peleas de perros y hasta lo insólito, boxeo al más puro estilo inglés del siglo XIX.
En el municipio Arrollo Naranjo también se concilian peleas entre jóvenes.
En los pequeños bateyes campesinos, donde prima el aburrimiento a la noche, junto a penurias incomparables con las ciudades, los “guajiros” se juntan en una casa, para jugar a los dados o al dominó de 28 fichas, siempre acordando un precio previo por cada partida.
Las peleas de perros, detestables por lo sangriento del duelo, cuya popularidad creciente les dio un espacio en una película de gran impacto dentro de la población, me refiero a Conducta, donde el niño protagonista se dedica a entrenar perros de pelea, que evidentemente representan dinero.
En las calles, también ancianos venden de manera clandestina el “Horóscopo” con las predicciones de Walter Mercado.
“Hay herraduras de la Suerte, Cábalas secretas con el análisis del árbol de la vida que nos enseña cómo encontrar el numerito ganador del día, de acuerdo a diversos acontecimientos fortuitos”, comentó un anciano que vende diferentes impresos.
“Nos hemos convertido en un país de matemáticos. Cuando hay muy poco que hacer, la suerte viene a sustituir la falta de oportunidades reales. Al menos nos queda un número por soñar y soñar no cuesta nada, esperando cambiar nuestro destino”, dijo.