Entre las autoridades que acudieron a la inaugurción estuvo Manuela Carmena que para evitar hablar de la represión comunista, habló de la Revolución Francesa.

Por: Juan E, Pflüger

Madrid/ 20-10-2016

Tras un año de trabajo, la embajada de Hungría en España ha inaugurado un monumento en la calle Budapest de Madrid, dedicado a las víctimas de la represión soviética tras la revolución húngara de 1956 en la que los universitarios se levantaron pidiendo libertad. La respuesta de la URSS fue el envío de 60.000 soldados y cientos de tanques que aplastaron a los húngaros y restablecieron el régimen comunista aumentando la represión.

Al acto inaugural, que coincide con el 60 aniversario del levantamiento húngaro contra el comunismo, han acudido varias autoridades españolas y húngaras. Entre las españolas estaban la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, la concejal de Podemos Rita Maestre, la portavoz del PP en el Ayuntamiento, Esperanza Aguirre, los concejale populares Pedro Corral y Borja Fanjul y la vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados, Rosa Romero.

La representación húngara estaba encabezada por su embajadora en España, Enikő Győri, y varios representantes del parlamento y el Gobierno. Además, el exfutbolista y exentrenador de fútbol, József Tóth-Zele, recordó cómo tuvo que escapar de la represión en Hungría y terminó en España. Una vez aquí, no dudó en vincularse a la sociedad que le acogió. Colaboró en actos religiosos y consiguió que en el alcázar de Toledo se inaugurase una placa recordando los sucesos de Hungría de 1956.

El discurso de Manuela Carmena era especialmente esperado porque al pertenecer a una formación política de extrema izquierda, y haber sido candidata del Partido Comunista de España durante la transición, era raro que criticase la represión comunista en Hungría.

Una vez llegado el momento de su discurso, que fue interrumpido en su comienzo por gritos de “¡Carmena dimisión!”, evitó condenar la represión comunista y habló a favor de los refugiados. Todo ello aderezado con un elogio a la Revolución Francesa, como si el acto fuera el 14 de julio y se celebrase la toma de la Bastilla.

La alcaldesa dijo que había que compartir el sufrimiento de otros seres humanos: “si sufren en Siria, debemos sufrir con los sirios, si sufren los refugiados que avanzan por Europa, nosotros tenemos que sufrur con los refugiados”. A continuación explicó que desde su punto de vista “no es posible que haya un florecimiento de la humanidad donde no hay libertad”.

Explicó los sucesos de Hungría de hace sesenta años como “un ejemplo de lo que yo entiendo que debe ser la mejora de la Humanidad”. Pero de inmediato volvió a elogiar a la Francia Revolucionaria y la fijó como el principio de la democracia en Europa: “La libertad es clave, pero también con la igualdad y la fraternidad” “Los franceses dijeron; hagamos un mundo en el que sea posible la liberté, la égalité et la fraternité (sic)” y animó a los asisntente “hagámoslo”. Comos si sus asesores le hubieran explicado que acudía a un evento dedicado a ese tema.

Fuente: Gaceta.es