Tillerson enfatizó que la "caída del régimen" podría ser "algo interno" que no tiene conexión con la presión externa sobre Pyongyang.
Los periodistas del diario Vzglyad, Marina Baltácheva, Nikita Kovalenko y Mijaíl Moshkin, intentaron averiguar si tiene sentido la apuesta de EEUU por las protestas masivas o los desacuerdos internos entre los grupos de élite norcoreanos.
La apuesta por el motín de subsistencias
Según los expertos, la apuesta por un descontento social o una revolución 'desde abajo' no tiene sentido, dada la eficiencia del control político y la actual condición social de los ciudadanos en el país.
El profesor de la Universidad Kookmin (Seúl) Andréi Lankov opina que la economía de Corea del Norte se ha convertido en un "gran mercado negro" y se está desarrollando el comercio privado.
"Los últimos cinco años han estado marcados por un crecimiento bastante visible del nivel de vida. Aumenta el surtido de productos en las tiendas y crece la calidad de vida", señala también Konstantín Asmólov, empleado del Centro de estudios coreanos del Instituto del Lejano Oriente.
Los expertos aseguran que no hay ninguna oposición política organizada en el país.
Según Asmólov, en el país simplemente no hay estructuras que puedan organizar una revolución.
La élite no quiere convertirse en "cómplice de un régimen sangriento"
Los estrategas estadounidenses podrían también estar apostando por la "caída del régimen" del poder personal de Kim Jong-un tras un golpe de Estado.
No obstante, Asmólov descarta un conflicto dentro de la élite puesto que no es de su interés.
En cuanto a la Constitución de la República de Corea, el Norte no es un Estado, sino una organización antiestatal, señala el experto. Por lo tanto, cualquier crisis en Corea del Norte serviría de pretexto para que Seúl, apoyado por EEUU, empiece la llamada reunificación.
"Tras lo cual, según las leyes de seguridad nacional, los representantes de la élite de Corea del Norte se someterían a lustración muy dura como 'cómplices del régimen sangriento'".
China apuesta por la diplomacia
Lo que no debe descartarse es la posición de China. La Administración Trump está intentando trabajar sobre el tema de Corea con el gigante asiático, observan los autores.
"La política del líder norcoreano irrita bastante a China", comenta Serguéi Karagánov, jefe de la Facultad de Economía y Política Mundial de la Escuela Superior de Economía. Al mismo tiempo, China no puede permitir la caída del sistema, añade.
"Eso no solo provocaría una guerra, sino que también permitiría a Corea del Sur apoderarse del Norte. Entonces, en la frontera china aparecería un Estado mucho más poderoso, poblado y, al mismo tiempo, inestable. Tampoco pueden permitir que EEUU intervenga del lado de Corea del Sur", explica el experto.
"Todos los líderes de Corea del Norte y toda la élite entienden perfectamente que las armas nucleares son el único garante de su supervivencia", concluye Karagánov.
En este contexto, la búsqueda de una solución debería involucrar a Rusia y China, a lo que insta, a veces, Trump. Sin embargo, Washington rechazó la incitativa sobre la 'doble suspensión' de Moscú y Pekín que prevé que Corea del Norte suspenda su actividad nuclear al tiempo que EEUU detiene sus actividades militares en Corea del Sur.
Fuente: SputnikNews/Vzglyad