Por: Anólan Ponce

Miami/ 7-1-2018

La narrativa de una pretendida colusión entre el equipo de campaña de Donald Trump y los rusos en las pasadas elecciones, ha sido protagonista principal en el primer año de la administración Trump. Pero no solo hay graves problemas de credibilidad con este asunto, sino que las investigaciones están revelando información que daña a los demócratas, al FBI y al Departamento de Justicia.

La credibilidad de cualquier investigación depende de su imparcialidad. Hace años fui descalificada de servir en un jurado porque mi hijo era fiscal estatal. Robert Mueller, el fiscal especial encargado de la investigación, fue jefe de James Comey, el testigo estrella del caso. Comey lo sucedió como director del FBI, era su protegido y además eran buenísimos amigos. Su asignación es una burla a nuestro sistema judicial y viola las reglas de selección de un jurado.

¿Imparcial Mueller? El equipo legal que seleccionó para investigar a un presidente republicano tiene mayoría de demócratas. De los 15 letrados seleccionados, nueve están afiliados al Partido Demócrata, genuinos partidistas que donaron a la campaña de Hillary Clinton. Y al centro de la investigación colocó al agente Peter Strzok, quien trabajó en la investigación sobre el servidor privado de Hillary Clinton recomendando su exoneración; fue quien redactó la declaración original del FBI cambiando “negligencia penal” por “sumamente descuidada”, un cargo no criminal; y firmó el documento para la investigación de la pretendida colusión entre el equipo Trump y los rusos.

Pero aquí “la cosa pica y se extiende”. Porque Strzok, ahora sabemos, tuvo que ser removido del caso debido a cientos de correos electrónicos entre él y su amante, también del FBI, donde revelan un odio visceral hacia Trump. Estos dos hablan de “una amenaza”, “de salvar al país”, y de una “póliza de seguro” como solución. Esto último en agosto del 2016, tres meses antes de las elecciones, y presuntamente en la oficina de Andrew McCabe, subdirector del FBI.

¿Era esta póliza de seguro la falsa narrativa de una conspiración rusa? Durante meses el FBI y el Departamento de Justicia han bloqueado o respondido con evasivas las peticiones de documentos hechos por el Comité de Inteligencia de la Cámara para su investigación. Teniendo ello en cuenta, armemos nosotros el rompecabezas: James Comey redactó la insólita exoneración de Hillary Clinton dos meses antes de terminar su investigación y sin aún haberla entrevistado; Bill Clinton se entrevistó con la procuradora general, Loretta Lynch días antes del anuncio de dicha exoneración; el Partido Demócrata y el equipo de la campaña de Hillary pagaron a Fusion GPS para hacer el famoso dossier con información salaz nunca verificada sobre Trump; el FBI pagó por obtener el dossier y reembolsó a su autor el agente Christopher Steele; el dossier presuntamente fue utilizado para obtener de la Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera una orden para espiar al equipo de campaña de Trump; James Comey filtró información a un amigo para asegurarse de que se asignara un Fiscal Especial en la investigación de la conspiración rusa y este es Robert Mueller.

Todo parece indicar que la verdadera conspiración ocurrió entre el FBI y el Departamento de Justicia para asegurar la presidencia a Hillary Clinton. De ello fallar, la otra conspiración, la de los rusos, es la póliza de seguro que entraría en vigor para acabar con la presidencia de Donald Trump e invalidar el voto legal de millones de norteamericanos.

La corrupción a los más altos niveles del FBI y el Departamento de Justicia debe ser motivo de consternación para todos. Ello viola nuestros principios democráticos y muestra la decadencia moral de los líderes del Partido Demócrata que no solo privaron a Bernie Sanders de una justa oportunidad de ocupar la Casa Blanca, sino que también lointentaron sin éxito con los republicanos. Ahora parece que el efecto bumerán —todo lo que sale de ti regresa a tilos persigue a ellos.

Escritora cubana y activista de los derechos humanos.

Fuente: El Nuevo Herald