Por Jorge A. Liriano Linares.
Recientemente los medios oficialistas de la isla reconocieron la inclusión de Cuba para ocupar un escaño entre los 47 miembros del CDH. Para los que conocen bien de cerca la diplomacia cubana y sus tentáculos mafiosos, no les tomó de sorpresa pues están claros sobre los miles de millones que el Estado cubano invierte comprando conciencias en la arena internacional.
De acuerdo con una resolución de la Asamblea general de las Naciones Unidas, los países miembros de dicho consejo deben destacarse por su alto índice en la promoción y la protección de los Derechos Humanos.
Definitoriamente resulta una contradictoria y triste ironía esta nueva manipulación de los que dicen ser encargados de velar por el respeto de la carta magna. Con esta elección, qué ejemplo le está dando al mundo el Consejo de Derechos Humanos.
Cómo es posible permitirle ejercer membrecía a quien sistemáticamente viola los principios básicos de la dignidad humana recurriendo a la violencia, la represión y el terror.
Con qué moral se puede desempeñar Cuba como miembro del CDH.
Un país que ostenta el mayor índice de población penitenciaria por habitantes del hemisferio occidental; prisiones carentes de condiciones mínimas para la vida humana, donde los prisioneros son sometidos a los peores tratos y expuestos a enfermedades por las malas condiciones higiénicas de las prisiones.
Cientos de presos en Cuba cumplen condenas perpetuas aislados en solitario; la inmensa mayoría jóvenes privados del contacto humano y carentes de los mínimos elementos de estímulos.
Es que acaso estos señores, con sus trajes costosos y encorbatados, ignoran los cientos de reos que cada año se quitan la vida o son asesinados por los militares encargados de su custodia; será posible que no se apiaden de los cientos de enajenados mentales, discapacitados, invidentes y enfermos en fase terminal que se pudren tras los muros de las cárceles cubanas. Con esta inclusión de Cuba en el CDH se están haciendo cómplices de la barbarie, la destrucción y la muerte.
Cómo no percatarse de los retorcidos caminos por los que ha transitado el régimen de la isla durante estos 55 años de dictadura totalitaria. Acaso no se preguntan por qué nunca se ha permitido una inspección por parte del grupo de relatores a la isla.
No cabe la menor duda que se trata de una decisión repudiable, donde aflora la falta de respeto de la ONU hacia la verdad histórica de un país con sus millones de habitantes sangrando y cargando con las heridas abiertas por sus miles de fusilados, desaparecidos, encarcelados, torturados y asesinados.
Al filo de esta nueva falacia desvergonzada y cínica de la ONU y su Consejo de Derechos Humanos, solo dicta reconocer a este organismo como un aliado del terror, la represión, los abusos de poder y los regímenes antidemocráticos.
Con esta decisión demuestran al mundo su incapacidad para hacer valer la Declaración Universal de Derechos Humanos que supuestamente debería representar ante la comunidad internacional.
Con esta nueva patraña queda descartado que la ONU y su manipulado CDH traicionaron, una vez más, al pueblo de Cuba y a la humanidad.
Fuente: Hablemos Press/ La Habana.