Presidente Barack Obama

La Habana/ 17-2-2014

Una encuesta sobre la opinión de los estadounidenses sobre relaciones con Cuba mostró que el 56% favorece el cambio de la política, con el 62% entre los latinos y el 63% de residentes en Florida, estado con mayor cantidad de cubanos. Fue realizada por los prestigiosos especialistas, Paul Maslin -demócrata- y Glen Bolger –republicano-, a solicitud del Adrienne Arsht Latin American Center en el Atlantic Council.

En su presentación, el 11 de febrero último, el senador Patrick Leahy, demócrata de Vermont, manifestó que “los dirigentes políticos norteamericanos han respaldado una política hacia Cuba que durante años ha sido ineficaz, porque han entendido que cualquier cambio atraería la oposición de los conservadores y los cubano-americanos… Ahora es responsabilidad de la Casa Blanca y el Congreso de tener el valor de dar el paso. Terminemos esta Guerra Fría en nuestro propio hemisferio”.

Por su parte, el senador Jeff Flake, republicano de Arizona, coincidió y añadió que “Estados Unidos hace 20 años reabrió las relaciones con otro enemigo de la Guerra Fría, Vietnam”, según declaraciones tomadas de Atlantic Council.

En el artículo “Los estadounidenses piden cambios sobre Cuba”, publicado por el periódico El País, el 12 de febrero, Peter Schechter, director, y Jason Marczak, subdirector del Adrienne Arsht Latin American Center, señalan que los resultados de esta encuesta tienen importantes implicaciones políticas.

Entre tales implicaciones, los funcionarios apuntan: “Aunque la total normalización de la política hacia Cuba es mayoritaria, parece más popular deshacer el embargo paso a paso y tema por tema…Florida no solo ha dejado de ser un impedimento, sino que lidera en el apoyo de un cambio. Parece que las nuevas generaciones de origen cubano tienen una visión diferente…”.

Igualmente dijeron: “La Administración del presidente Obama ha hecho ajustes en los últimos años respecto a la liberalización de viajar y de remitir dinero a la isla, pero estos cambios no son suficientes. Sacar a Cuba de la lista de países terroristas recibe el apoyo del 67% de los residentes en Florida y el 61% del conjunto de estadounidenses, y podría ser la primera prioridad… La gran mayoría de los encuestados están de acuerdo en que el gobierno cubano es represivo y dictatorial, pero reconocen que Estados Unidos habla y negocia con un sinfín de países con gobiernos reprochables”.

Como era de esperar, quienes no comparten estos criterios, cuestionan los resultados de la encuesta. No se podría esperar menos. Los gobernantes de Cuba han utilizado la confrontación con Estados Unidos no sólo para aislar a los cubanos del interior de la Isla, sino también a los del exterior, al tiempo que les sirve para justificar los fracasos de los planes ejecutados por voluntad de Fidel Castro, y para violar los derechos y reprimir cualquier opinión distinta a la autorizada por el gobierno.

Al perder el financiamiento de la Unión Soviética, el régimen fortaleció la propaganda, culpando de todas las carencias al embargo comercial norteamericano, al que llaman bloqueo. En vigor desde 1962, complementado por dos leyes posteriores, este embargo, lejos de ser efectivo, alejó de Cuba a Estados Unidos, impidiéndole conocer desde adentro nuestros acontecimientos e interactuar con la sociedad.

La política proactiva aplicada por la Administración Obama tiene un impacto positivo en la población cubana, que        mejora sus paupérrimas condiciones de vida y crea pequeños negocios gracias al envió de dinero por familiares y amigos. Gran repercusión también tiene la participación de cubanos en diversas manifestaciones culturales, científicas, académicas y deportivas en Estados Unidos, y la de norteamericanos en Cuba. Sería muy positiva la llegada de miles de norteamericanos, si los legisladores de Estados Unidos levantaran la prohibición de viajar a nuestro país, el único adonde no pueden hacerlo libremente.

En momentos en que Raúl Castro emprende limitadas reformas económicas y se acerca el inevitable proceso de transición, países como Brasil y México se posicionan ventajosamente, antes de la llegada de las competitivas empresas norteamericanas, con miras a ganar espacios en el comercio y el turismo.

El relajamiento de la confrontación Cuba-Estados Unidos posibilitaría la presencia en la Isla de ciudadanos y empresarios norteamericanos y cubano-americanos, contribuiría a establecer un clima más propicio para el desarrollo de la sociedad civil cubana, mientras limitaría el pretexto del régimen para reprimir y coartar el ejercicio de los derechos de expresión, asociación y otros.

Fuente: Cubanet.org