AFP

Una mujer norcoreana se despide desde el bus de un familiar surcoreano tras

una reunión en el Norte en 2004

Pekín/ 25-9-2013

Dos centenares de coreanos, una mitad del Norte y la otra mitad del Sur, tenían previsto reunirse esta semana con sus familiares del otro lado, a los que no han visto desde el final de la guerra que dividió a este país asiático hace ya seis décadas. Tan emotivo encuentro de familias separadas, el primero de los tres últimos años, iba a tener lugar desde este miércoles hasta el próximo lunes. Pero, cuando ya estaba todo preparado, Corea del Norte lo suspendió el sábado a última hora y por sorpresa, poniendo como excusa la «política hostil» del Gobierno de Seúl y las últimas maniobras militares con Estados Unidos.

«Posponemos las reuniones de familias separadas hasta que se cree una atmósfera normal para que puedan avanzar el diálogo y la negociación», anunció el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea, que insistió en que «mientras los conservadores del Sur manejen las relaciones intercoreanas con abusos y hostilidad, no podrán resolverse asuntos humanitarios como los encuentros familiares».

Con su decisión, el régimen estalinista dirigido por Kim Jong-un enfría los ánimos tras el reciente acercamiento entre las dos Coreas, materializado con la apertura la semana pasada del polígono industrialque ambos países gestionan de forma conjunta en Kaesong, en plena frontera del Paralelo 38.

A tenor de los expertos, Pyongyang utiliza esta negativa para presionar a Seúl y reabrir también el complejo turístico del monte Kumgang, donde iba a tener lugar la reunión de familias separadas y al que ya se había desplazado personal de la Cruz Roja para preparar el encuentro. Dicho recinto era explotado en Corea del Norte por empresas del Sur, pero lleva cerrado desde que un soldado norcoreano matara a una turista del país vecino en el verano de 2008.

«Es lamentable que el Norte posponga unilateralmente estas reuniones», criticó el portavoz del Ministerio para la Unificaciónsurcoreano, Kim Eyi-do. A su juicio, «la suspensión del Norte ha hecho añicos de la noche a la mañana la emoción y las esperanzas de casi 200 familias y merece su denuncia como un acto inhumano».

A ambos lados del Paralelo 38, y sin comunicaciones directas por carta, teléfono o correo electrónico, diez millones de familias llevan separadas desde el final de la guerra de Corea (1950-53). De ellos, sólo 20.000 coreanos de ambos lados han podido reunirse con sus parientes en los 18 encuentros celebrados desde el año 2000, el último de los cuales tuvo lugar en 2010, poco antes del bombardeo de la isla surcoreana de Yeonpyeong. En lista de espera hay otros 72.000, la mayoría ancianos surcoreanos a los que les quedan pocos años de vida para reencontrarse con sus seres queridos.

Es el caso de Kim Sung-yoon, una surcoreana de 95 años que había depositado en este encuentro sus últimas esperanzas para ver a sus familiares del Norte. «No puedo describir la decepción de mi madre. Ya habíamos comprado incluso un montón de regalos para sus hermanas», explicó a la agencia Yonhap su hijo, Ko Jung-sam, de 66 años, quien señaló que «los parientes de ambos lados debería verse cuando ellos quisieran».

Fuente: Agencias/ ABC.es