Por Pablo Morales Marchán.
LA HABANA, 6 de Octubre.- En el reparto Ampliación de Almendares, ubicado en el municipio Playa, uno de los más importantes del país, hace más de 10 días los Servicios Comunales no recogen la basura.
Localizado entre las calles 60 hasta la 42 y desde 19 hasta la calle 31, existe un círculo infantil, un policlínico con una instalación anexa y varias escuelas de enseñanza primaria, entre otras dependencias del Estado y el gobierno local, y algunos cuentapropistas con pequeños negocios.
Los desechos sólidos acumulados, tales como escombros, objetos de metal, plástico, hierbas y ramas cortadas de los jardines -de las casas y de las áreas verdes comunes, entre otro tipo de desperdicios orgánicos en descomposición- se acumulan en cada esquina ante la mirada indiferente de las autoridades y residentes de la zona.
Vecinos del lugar, especialmente niños y adultos mayores, tienen que transitar por esas calles y sufrir los efectos de los malos olores, los mosquitos y las moscas, entre otros vectores que atentan contra la salud de todos y especialmente contra estos grupos etarios que son más vulnerables a contraer enfermedades respiratoria, digestivas, de alergias, etc.
Las campañas de fumigación en la barriada no darán los resultados esperados sino hay un accionar integral que involucre a todos los organismos estatales y dependencias de la salud para lograr una higienización y control epidemiológico completo.
La clase obrera, afro descendiente y pobre en su mayoría, originaria de otras provincias, son los habitantes de esta parte de la ciudad en la que se demuestra cada día, la hipocresía del régimen en aquello de que esta revolución es de los humildes y para los humildes.
En otras zonas residenciales del municipio Playa como Miramar, Atabey, Cubanacán, Flores o reparto Náutico, no suceden estos problemas con la recogida de los desechos. Allí, viven importantes dirigentes del país y están la mayoría de las embajadas y firmas comerciales acreditadas en la isla, músicos y deportistas de la élite cubana, restaurantes de lujos y otras construcciones para el solaz esparcimiento de la emergente clase media.
Fuente: Hablemos Press
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