Con moneda dura puedes comer en restaurantes de alcurnia como El Aljibe,
en 7ma y 24, Miramar o Los Nardos, frente al Capitolio Nacional. Fumar
cigarrillos de más calidad. Y adquirir pacotilla de marcas registradas
procedentes de China.
Tener tu casa decentemente amueblada. Nevera con carne de res y camarones.
Y por las noches, darte el lujo de beber cerveza Heineken importada de
Holanda o las nacionales Bucanero y Cristal.
También puedes adquirir rones con la etiqueta Havana Club o los fabulosos
añejos Caney o Santiago, producidos en la otrora Bacardí, en la oriental
provincia de Santiago de Cuba.
Tomar ron o cerveza es casi un deporte nacional. Cualquier evento, fiesta
familiar o suceso es un buen pretexto para descorchar una botella. Ron
mediante, la gente desahoga sus penas amorosas o cotidianas. Confiesa
sus dudas sobre el futuro del país. Sin tapujos habla de la salud de Hugo Chávez y Fidel Castro. Opina sobre estadísticas beisboleras o los últimos
partidos de la NBA.
Según cifras oficiales, el 45,2% de la población cubana mayor de 15 años
consume bebidas alcohólicas, con un índice de prevalencia entre el 7 y
10%. El alcoholismo (http://www.cubanet.org/articulos/el-consuelo-de-los-
viciosos/) y la prostitución (http://www.cubanet.org/articulos/la-ruta-de-los-
deseos/) son dos de los temas más abordados por los periodistas
independientes.
La diferencia entre un borracho 'adinerado' y un borrachín de escaso
poder adquisitivo es notable. Mientras generales y ministros disfrutan con
tragos amplios de whisky escocés o Jack Daniel's Made in USA, los 'curdas'
de barrio tienen que conformarse con el fulminante ron peleón, barato y
a granel vendido en algunas bodegas.
El último escalón de un tipo que se precie de tener cierta cultura alcohólica, es tomaraguardiente casero. Lo peor de lo peor. Es el auténtico trago de los
olvidados.
Se fabrica en una sórdida cuartería o casa de vecindad. El carbón industrial o
lamierda de vaca sirven para refinar el alcohol de reverbero. Puro fuego. Saca
lágrimas cuando baja por tu garganta. Apto solo para alcohólicos inveterados
o suicidas en potencia.
El populacho lo clasifica con diversos nombres: Chispa de tren, Bájate el
blúmer, Hueso de Tigre, Salta pa’atrás... Lágrimas negras es una
combinación letal de alcohol boricado con colirio de Homatropina filtrado por
un algodón.
Una botella de ese aguardiente infernal cuesta diez pesos cubanos. Y el
exquisito ron Santiago, hoy el mejor de Cuba, vale entre 7 y 9.60 pesos convertibles, unos 175 a 230 pesos, casi la mitad del salario mensual
promedio. Es 17 veces más caro. Razón por la cual muchos bebedores bajan
a pulso el infame ron casero.
A la hora de beber alcohol, en Cuba no hay distinción de edad, raza, sexo,
ideología o religión. No importa si se tiene más o menos nivel educacional y
cultural. Los hay que sonbebedores sociales. Empinan el codo con cordura
y cuando están cerca de una borrachera, saben parar.
Otros beben como piratas. Botella tras botella, como si estuvieran batiendo
un récord Guinness. Cada cual toma según las posibilidades de su bolsillo.
El ron y la cerveza agrada por igual a intelectuales, disidentes, jineteras y
militantes del partido. Según se rumora, al presidente Raúl Castro le
gusta beber vodka. Ruso y preferentemente puro.