OBAMA ANTE LA ONU

MARTA RIESGO

El presidente advierte a los ayatolás: “El tiempo de la diplomacia no es ilimitado”.

“Haremos todo lo necesario para impedir un Irán nuclear”. Con estas declaraciones pronunciadas ayer ante la ONU, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a jugar al ratón y al gato con la supuesta intervención militar contra el régimen de los ayatolás. Demasiado suave para Israel, pero marcando los tiempos internacionales. Así, aunque contundente, el líder demócrata consigue alejarse de esas “líneas rojas” exigidas por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Eso sí, Obama no se olvidaba de sus amigos: “La nuclearización supondría una amenaza para la seguridad de Israel”, decía desde el estrado mientras advertía que “el tiempo para alcanzar una solución diplomática no es ilimitado”.

Según Obama, un Irán con armas nucleares no es un desafío que pueda ser simplemente “contenido” y, por ello, Estados Unidos “hará lo que deba hacer” para evitarlo. “Se corre el riesgo de desencadenar una carrera armamentística nuclear en la región y el desmoronamiento del tratado de no proliferación”, sostuvo.

A juicio de Obama, “una y otra vez Irán no ha logrado aprovechar la oportunidad para demostrar que su programa nuclear es pacífico y para cumplir con sus obligaciones con Naciones Unidas”, aunque le volvía a tender la mano desde el atril en Nueva York: “Queremos resolver este asunto a través de la diplomacia, y creemos que todavía hay tiempo y espacio para eso”.

El mandatario centró su discurso en los recientes ataques contra sus embajadas en países árabes. Estos, dijo, suponen un “asalto” a los ideales sobre los que se fundó la ONU, a cuyos miembros pidió formar un frente común contra la “violencia” y la “intolerancia” porque “ningún vídeo ni ninguna calumnia justifican la matanza de inocentes”, apuntó. “Si nos tomamos en serio estos ideales, tenemos que hablar honestamente acerca de las causas profundas de esta crisis. Porque enfrentamos una elección entre las fuerzas que nos separan y las esperanzas que tenemos en común”.

De hecho, el presidente comenzó su intervención recordando al embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, fallecido en el ataque al consulado en Bengasi del pasado 11 de septiembre junto a otros tres compatriotas. Hoy en día “debemos afirmar que nuestro futuro será determinado por personas como Stevens, y no por sus asesinos”, declaró.

Un vídeo producido en EE UU que satiriza a Mahoma y al islam y unas caricaturas del profeta publicadas en un semanario francés han provocado protestas y disturbios en varios países árabes durante las últimas semanas.

“Nuestra nación no tiene nada que ver con ese vídeo”, reiteró Obama, quien también dedicó parte de su discurso a la Primavera Árabe y a subrayar que la actual es “una época de progreso” y que, por primera vez en décadas, “tunecinos, egipcios y libios votaron por sus nuevos líderes en elecciones creíbles, competitivas y justas”, dejando de lado la islamización de estos países. 

Contra Asad
Como era de esperar, el líder demócrata volvió a criticar con dureza al Gobierno de Bashar el Asad. “Si hay una causa que reclama que se proteste hoy en el mundo es un régimen que tortura niños y dispara cohetes contra edificios de apartamentos”, indicó. “El régimen de Bashar al Asad debe concluir para que concluya el sufrimiento del pueblo sirio”, explicó. 

Sin embargo, Barack Obama no citó los constantes atentados y los crueles ataques realizados por los bandos rebeldes en Siria. Ataques también criticados por organizaciones de derechos humanos. 

Para Obama está claro: “Habrá sanciones y consecuencias” para los opresores, y los que trabajan por un futuro democrático del país “tendrán la fuerza y la legitimidad” para encabezarlo.

Fuente: Agencias/La Gaceta.es