Por Dr. Eduardo Herrera.
La Habana/ 27-6-2014
La ineficiencia de los controles sanitarios cubanos ha ido en aumento, a medida que ha crecido la colaboración de Cuba con otros países, fundamentalmente de América Latina y África y ha decaído el control de plagas y enfermedades.
Las autoridades sanitarias de la Isla, al parecer, no cumplen con los controles pertinentes para evitar la propagación de enfermedades que antes no existían en el país.
En los últimos 20 años, han llegado a Cuba dolencias como el paludismo, el cólera, la tripanosomiasis, y otras que ya habían sido erradicadas. Todas estas provienen de los países donde existe la colaboración médica cubana.
Dos galenos, cuya identidad pidieron no fuera revelada por temor a represalias, aseguran que estuvieron en Venezuela el pasado año y a su regreso no se cumplió la tan mencionada cuarentena. Solo les hicieron la “gota gruesa” horas antes de salir para Cuba.
Otro colega, que viajó hace unos días a Haití, refiere que al llegar al Aeropuerto Internacional José Martí, un grupo de enfermeras solo le indicaron llenar una planilla a la entrada que, con el apuro del chequeo del equipaje, ni siquiera llenó. Refiere este que, “al menos, deberían establecer medidas de control de la temperatura en las personas que vienen desde países donde persisten enfermedades que aquí no hay”.
Recientemente, una nota del Ministerio de Salud Pública de Cuba, vinculaba los casos de virus Chikungunya (o artritis epidémica Chikungunya) propagados en el país, al comercio ilícito con Haití y República Dominicana.
Cabe señalar, que culpar a estas personas de la entrada y propagación de enfermedades al país no es un planteamiento juicioso, ya que quienes se encuentran en peligro de introducir la mayor cantidad de enfermedades son aquellos que permanecen largas jornadas en contacto con enfermos, y en lugares donde existen las enfermedades.
Fuente: Hablemos Press/ La Habana