Gadafi está terminado, Libia no. Venezuela quedó del lado perdedor y además del lado malo acompañada tan solo por un puñado de seguidores cuyo único interés no es Libia ni su pueblo sino continuar recibiendo dádivas de Caracas.

Durante el desarrollo de la guerra civil libia observamos actitudes que permiten extraer conclusiones útiles no solo para Venezuela y su gobierno sino para cualquiera que observe la realidad.

1) Se comprobó que en política internacional no existen amigos sino intereses cuando las grandes democracias de Europa, en relación directa a su dependencia del petróleo libio, no tuvieron reparo en tolerar abusos del dictador africano mientras les garantizara el abastecimiento energético. Berlusconi y otros "demócratas" de postín agasajaron con honores al atrabiliario personaje hasta tolerando su carpa beduina y demás parafernalia. Bastó que los aires cambiaran para que las lealtades también lo hagan.

2) El insólito Gadafi por su parte también comprobó en su momento la necesidad de adaptarse a la marea. Desde sus épocas iniciales de "enfant terrible" enemigo del "imperio" norteamericano que hasta un hijo le mató en un bombardeo a su residencia, hasta que se dio cuenta que el petróleo lo extraen grandes corporaciones que utilizan sofisticadas tecnologías que nada tienen que ver con el discurso político ya sea de su "Libro Verde" o del "Rojo" de Mao y mucho menos con el arroz con mango de Giordani & Cía.

3) En el mundo existen reglas básicas de supervivencia, una de ellas es que el muro del "status quo" es más duro que las cabecitas de los revolucionarios y por esa razón no es conveniente estrellarse de lleno contra las estructuras establecidas. Ello no significa en modo alguno un llamado a la aceptación resignada de la injusticia sino una invitación a la búsqueda del consenso, de la evolución y de la discusión argumental por encima del eslogan populista que apenas resulta útil a corto plazo. La Unión Soviética experimentó por setenta años y cayó, Cuba y China a la vuelta de medio siglo se dieron cuenta que había que rectificar. ¿Será que Venezuela es de otro planeta?

4) Ante el giro de la realidad política mundial parece conveniente hacer una pausa para reflexionar. ¿Es posible seguir despotricando contra EEUU porque no entregan a quien puso una bomba en un avión cubano mientras se ensalza a quien la puso en uno norteamericano (Pan American-Lockerbie)? ¿Se puede seguir explotando el "caracazo" como una gesta heroica mientras se apoya al gobierno sirio que mata a su pueblo a mansalva diariamente? ¿Se puede entregar la explotación de nuestra Faja del Orinoco a compañeros de aventura discursiva mientras se margina a quienes tienen el capital y la tecnología?

Es hora que Júpiter, en los momentos de introspección que debe tener en este trance de vida que lo aqueja, se dé cuenta que no consigue que su orientación sea aceptada ni por los organismos mundiales (ONU) ni por los regionales (OEA) ni siquiera por los vecinales (Unasur).

¡Qué lástima que las tan socorridas réplicas de la espada de Bolívar hayan quedado en manos que las deshonran!