Por Arián Guerra Pérez.
La Habana/ 20-5-2014
Un prisionero que se encontraba recluido en la cárcel de Quivicán, provincia Artemisa, murió al no recibir atención médica, informaron sus compañeros.
“Carlos Alberto Suárez Romero presentaba fuertes dolores en el pecho; acudió al auxilio de los carceleros para que lo llevaran a la clínica de la penitenciaría, pero se negaron a trasladarlo y falleció horas después”, dijo el prisionero político Osvaldo Rodríguez Acosta, en una conversación telefónica con la redacción de Hablemos Press.
Según Rodríguez, recluido también en Quivicán, Romero “murió de un infarto cardiaco debido a que el capitán Despaigne no dio autorización inmediata para que lo trasladaran hasta la clínica”.
Romero, de piel negra, era natural del reparto Santa Amalia, municipio Arroyo Naranjo, en La Habana. Tenía 52 años de edad. Y permanecía recluido en el destacamento número 14.
Aseguran otros cuatro reclusos, que dieron detalles a Hablemos Press, que “desde las 9:00 de la mañana, del día 10 de mayo, Romero pedía lo llevaran a la clínica, y solo minutos antes de que muriera, en horas de la noche, lo trasladaron”.
Uno de los reos señaló: “En dos ocasiones solicitamos atención médica para Romero y Despaigne se negó a llevarlo”.
Afirmó que “cuando las autoridades decidieron trasladar a Romero a la clínica ya agonizaba, y el médico de guardia sin chequearlo, dijo que estaba fingiendo”.
“Al regresarlo al destacamento le volvieron a dar los dolores en el pecho y murió”, afirmaron los reos.
Se desconocen las causas del encarcelamiento de Romero y a cuánto ascendía la sanción que cumplía.
Este es el tercer caso de muerte, de un prisionero en Quivicán, en lo que va de año.
Fuente: Hablemos Press/ La Habana