Hannah Arendt nos alecciona de manera diáfana en su magistral obra. En el capitulo 13 titulado “Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno”. El libro, publicado en 1950 nos explica como dos ideologías aparentemente opuestas, el nazismo y el comunismo tenían el mismo propósito, transformar las clases sociales en masas obedientes, suplantar las leyes por un concepto de justicia que instrumentaliza la violencia como política de estado.

Podemos deducir que su aplicación traería como consecuencia natural la aparición de un hombre “nuevo”. En el caso del nazismo, seria un ser racialmente superior eliminando a los “inferiores” y en el comunismo ocurriría una metamorfosis donde el ser humano se despojaría de su familia, sus bienes y su formación religiosa por el bien común.

Curiosamente los dos tenían como meta la dominación mundial que naturalmente vendría. En ambos casos el resultado fue el mismo; genocidios en una escala inimaginable aun de sus propios ciudadanos.

Ahora bien, están muy equivocados los que piensan que con el fin de Hitler y la caída del muro de Berlín el totalitarismo fue derrotado y que el mundo aprendió la lección. La ideología totalitaria es hoy en día aun más tenebrosa que en el pasado pues el islamo fascismo y la extrema izquierda se dan la mano en una nueva cruzada de conquista planetaria. Ya no se trata de movimientos o partidos aislados con pensamientos extremos rechazados por el grueso de la sociedad, no, ahora son grupos de países con regimenes dictatoriales, algunos disfrazados de democracias que se unen en una demoníaca alianza para armarse con los medios destructivos mas sofisticados para librar la ultima batalla contra la civilización.

El armagedon viene de la mano de déspotas para los cuales la vida humana no vale nada. Será!!