17-3-2019
Cubano que protestas porque no tendrás visa por cinco años a Estados Unidos, Trump no es el culpable de tu desgracia ni te ha privado de ninguno de tus derechos. Los responsables de todos tus males en los últimos 60 años son de apellido Castro y, más recientemente, Díaz-Canel.
¿Qué es más denigrante para un ciudadano, que un país extranjero solo te permita una entrada a su territorio o que el tuyo te exija una habilitación para poder regresar a tu patria y una repatriación para volver a residir en ella? No seas tan desmemoriado ni tan hipócrita, ahórrate tus miedos y tu doble moral.
No hay una experiencia más humillante ni nada más vergonzoso para un cubano que tener que ir al consulado de su país a reclamar un derecho. Estados Unidos es soberano y decide quién entra y cómo entra a su territorio. Es su derecho. Cuba, sin embargo, aplica todo tipo de restricciones a sus propios ciudadanos.
Constantemente la dictadura de Cuba viola nuestros derechos y no suelo ver protestas tan efusivas como las que he visto por esta medida de Estados Unidos. Nadie ha dividido más a la familia cubana ni nadie alentó más el odio entre cubanos que la dictadura de Cuba. ¿Tan mala memoria tenemos?
Miami no es una provincia de Cuba, es una ciudad de Estados Unidos. Si la dictadura de Cuba solo les otorga a los ciudadanos norteamericanos una visa por tres meses y de una sola entrada, ¿por qué Estados Unidos debería tener un trato diferente con los cubanos?
Nadie humilla más a los cubanos que Cuba. Los médicos que deciden abandonar las misiones donde trabajan en condiciones de esclavitud, son separados de sus familias y se les prohibe regresar a su país por un periodo de 8 años. ¡Eso es criminal! El régimen llega al extremo de regular la movilidad de los cubanos dentro de su propio país. ¡Eso es oprobioso!
No tenemos un pasaporte, es solo un salvoconducto que nos permite entrar y salir de esa cárcel cercada por un mar de totalitarismo. Dentro y fuera del país nos persigue la maldita circunstancia que, como el agua por todos lados, nos oprime y nos ahoga.
Fuente: elfogonerovenegas.blogspot.com